Conclusiones
- La piña (Ananas comosus), como cultivo CAM, presenta adaptaciones morfológicas y fisiológicas que le permiten optimizar el uso del agua y sobrevivir en ambientes con estrés hídrico, gracias a su metabolismo ácido de las crasuláceas que abre los estomas durante la noche para minimizar la pérdida de agua y maximizar la fijación de carbono. Conocer su morfología, especialmente la estructura y función de sus hojas, es fundamental para entender cómo responde a diferentes condiciones ambientales y mejorar su manejo agronómico, ya que variables como el área foliar, espesor de lámina y densidad estomática influyen en su capacidad fotosintética y resistencia al estrés (Redalyc, 2017).
- Las etapas de desarrollo de la piña, desde la plántula hasta la floración y fructificación, requieren un manejo específico de nutrientes clave como nitrógeno, fósforo y potasio, que son esenciales para el crecimiento vegetativo, la formación de frutos y la calidad final del producto (Intagri, 2023).
- La piña también muestra una notable plasticidad para adaptarse a variaciones lumínicas y térmicas, lo que se refleja en ajustes morfoanatómicos bajo diferentes sistemas de cultivo, como bajo cobertura plástica o a campo abierto, que afectan su crecimiento y productividad (Redalyc, 2017).
- El estrés hídrico es el principal factor limitante en su cultivo, pero la capacidad CAM y prácticas agronómicas adecuadas permiten mitigar sus efectos, asegurando la sostenibilidad y eficiencia en la producción. Por tanto, un conocimiento integral de su morfología, nutrición, desarrollo y adaptaciones es clave para optimizar el cultivo de piña en condiciones ambientales variables y mejorar su rendimiento económico.
- La piña ha desarrollado un conjunto integral de respuestas fisiológicas (como el metabolismo CAM) y moleculares (expresión de genes de estrés) que le permiten prosperar en ambientes hostiles. Estos mecanismos la convierten en un modelo de estudio útil para entender cómo adaptar otros cultivos al cambio climático y condiciones adversas.
- Las fitohormonas, como auxinas, giberelinas, citoquininas, ácido abscísico y etileno, desempeñan un papel fundamental en la regulación del crecimiento, desarrollo, floración, maduración y respuestas al estrés en las plantas.
Las plantas pueden sufrir estrés por factores bióticos (plagas, enfermedades) o abióticos (sequía, salinidad, temperaturas extremas). En la piña, el estrés hídrico y los suelos pobres son especialmente críticos. Las plantas activan mecanismos fisiológicos, bioquímicos y moleculares para adaptarse, como la acumulación de osmólitos, cierre estomático, producción de antioxidantes y expresión de genes de defensa.